Harto

Como un buen molino,
con sus aspas al viento,
siempre estoy clavado.

Harto de tantos quijotes
sanchopanzas y tormentas
que me traen apaleado.

Ante nubarrones, aguaceros
y al sol seco del verano,
estoico me dicen que soy.

Pero me siento tan ¡harto!
que cualquier día de estos
recojo mis aspas y me voy.