La señora que alimenta palomas a las dos de la mañana

poema de Cuervo

Tomemos los momentos de las manos,
Es hora respirar.
Tomemos los momentos de las manos,
Es hora de hablar…
…o de escuchar, escuchar como por muchos minutos no pararé de hablar.
De hablarte,
Para ti,
Por ti.

Tomemos el tiempo de las manos,
Empecemos a hacerlo para los dos.
De los dos.

¿Acaso qué o cuál rufián se atreve a limitar el rose de las manos?

Harto
Cansado
Oprimido
Abrumado
Limitado
¡Desisto del tiempo!

¿Qué tal si el tiempo dejara de importa?
¿Qué tal si el segundero dejara de marcar?
Dejar de regirnos por tiempo,
Por meses.
Metódico y cruel homicida.

Hoy, sentado en la incomodidad de esta…

…esta congelante calle que rompe el verde.
Y seguramente alucinado por la fiebre,
Insisto en regresar hipnotizado al inicio,
A donde empezó este relato,
Plagado de ganas y desenfreno.

Se trata de la entrada
El metamor
La puerta
La poesía
La insistencia
La luna y sus diamantes
La negación
La necedad
Los besos
Las ganas.

Tengo todo
Me sobra espacio y tiempo.

Me rehúso a limitarnos,
Me rehúso a querernos a medias,
A amarnos a cuartos,
A desearnos a octavos.
Pues qué gracias tiene, si es que de gracias se trata,
No contemplarnos en la totalidad de los que somos.

En lo que desinteresadamente podemos proporcionar.

Amor
¿A dónde se fue?
Amor
Acaso se puede entregar algo más valioso que las ganas del amor

Un día desintegrado,
desinteresado,
dividido,
colapsado.

Un día.
Un día, entrada la noche.
Un día que se disfrazaba de noche.
Una noche mojada.
Una mojada noche, fría y apagada,
Que filtra por los orificios de las ventanas
Todo su espectral frío
Ese hálito mórbido se apoderó de toda esta oscura soledad que elegí abrazar.

¿Dónde estás?
¿Dónde fuiste a parar?
¿Qué pasó?
¿Me recuerdas?
¿Me tomas de la mano?
Me gustan tus manos
Tus labios
¿Recuerdas los míos?
¿Me quieres besar?
¿Hay alguien ahí?
Joder, ¿A dónde vas?

De nuevo ese montón de preguntas giran,
Se tropiezan, revolotean, chocan, se colisionan.

Mientras la tiranía de vida me azota,
Nos flagela,
Con frías gotas congelas
Que se derriten al tocar mi pecho.
Pecho congestionado,
inflamado,
amoratado,
ajado,
apagado.

Leves momentos intoxicados
Se cruzan por mis sosegados ojos.
Momentos que insisten en no desistir,

Confieso...
...Confieso que lo pensé,
Confieso que me rendí,
Confieso que desistí.

Cabellos, curvas, colores, pieles, sudores, sabores, olores.
Olores impregnados en mi piel.
Olores impregnados en el aura,
Logran palpar mi tapada nariz,
Me sostienen, me mantienen
Seguimos.
Sigo y seguiré aquí.

Una noche,
Esa misma se disfrazaba y abrazaba,
Es quizá más fría que cualquier otra.

Las sirenas giran y aúllan,
Parecen que aclaman la atención.

Las palomas comen el maíz que Nadie les arroja
Nadie, es lugar
Nadie, es la tela fría que abriga el olvido
Nadie, se hace presente
Nadie, aún le arroja maíz a las palomas
Palomas que Nadie espera
Nadie, se quedó sin palabras
Nadie, se quedó sola
Nadie, alimenta las palomas que no van a comer

Pretextos para escribir,
pretextos para alargar,
Pretextos para insistir,
Pretextos y más pretextos para hacer valida la distancia.
Distancias que agota,
que cansa,
que llama,
te llama,
te grita.
Fuerte como las sirenas urgente
Que gritan por pasión

Por un poco de compasión.

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Que buen escrito! La última línea me la quedo! Saludos

Critica: