Como una tela rajada

Èl cree,
él cree que puede
llegar y
cortarlo todo,
cual tijera que corta una tela,
decorar la habitación
elegir las flores del estampado
el rosa, el color,
cómo le va vestido y cómo no

Él cree,
él cree que el amor se puede manipular
a su antojo,
que el amor es como una tela
que, en cualquier minuto,
rompo, rajo
y ahí quedó
tirada
-se acabó el amor-
pero no
no
no se acabó el amor.

Se acabó la tela,
su uniformidad,
aún así,
la tela sigue,
sigue en un rincón
botada
despojada
como si fuese una mujer mal usada
un escobillón sin lavar,
viejo
y muy mal gastado.

Anda, anda, vete de acá
estás mal traída,
y tienes
muchas, muchas trancas,
yo quiero una mujer: una mujer menos,
mucho menos gastada,
más alegre,
más suelta,
más libre.

Yo le digo que en nuestra responsabilidad
también hay libertad,
yo le digo que en nuestra ignorancia,
nunca habrá libertad
yo le digo que en nuestra sabiduría
de nuestra ignorancia, también la habrá

No me culpes por ser mujer,
por querer que las cosas estén mejor,
yo no te culpo a ti por ser hombre
y, porque, mira, que todos los de tu especie,
nos han generado tanto rencor

y cómo no hacerlo, con esos tratos estúpidos
con esas reglas extrañas, con el:
yo pienso, luego existo

Con el hecho de ser o "parecer" un macho
y no poder enamorarte,
menos aún pensar en amarte,
y, menos aún, pensar en amar a otros
-¿De qué estamos hablando?-
Me preguntas una y otra vez,
cuando estallo.

Estallo, estallido, estallar.
-Pum-
Pero cuando llega el amor dispara y te pega como una bala
muy bien planeada.
Siempre hemos hablado de nuestra espontaneidad,
de cómo nos gusta, reír y saltar
Y
¿Qué ha pasado?,
¿Por qué no podemos cambiar?
Hoy estamos de nuevo acá
deshonrando a todas,
absolutamente todas las palabras que
alguna vez nos prometimos
acerca de la libertad.

El amor es más poderoso que todos nosotros,
esa es la verdad.