Clara y su amor libre

Tailo hay algo nuevo que contarte –me dijo Clara-.

Quiero verte.

Cuadramos un día, pero a la final no se aguanto y me contó antes.
Creo con seguridad que deseaba hablarlo, era necesario para ella, para ser transparente y libre consigo misma.
Hablábamos de todo, nos reímos y de repente me lo dijo:
Sí. Es verdad, estoy enamorada.
¿Enamorada?
¿De verdad?
Si -dijo ella-
Sé que sabías que te hablaría de esto, a lo que dije:
Si, lo imaginaba.

Pero Tailo es un amor, complicado, difícil, y creo que hasta imposible.
¿Existen amores imposibles, Tailo?
Por un momento lo pensé, y tuve miedo de responder.

Le dije: No. No creo.
Aunque quizás sí. No lo sé.
Comenzó a contarme y no sabía cómo decirlo, pero quería hacerlo.
Tengo miedo fue lo primero que dijo, porque me enamore de una mujer.
¿Mujer dije yo?
Y hubo un silencio desesperante para mí. Pero que me ayudó a pensar que iba a decir.

Deje de lado la moral, y la escuche acogiendo lo que vivía, porque su deseo era ese, que la escuchará ¿cómo no iba hacerlo?
Y mientras me seguía contando y yo me preguntaba ¿qué experiencia de Dios, es esa? ¿Realmente Dios está allí?
Y pensaba, y pensaba.
¿Qué podía decirle?
La sociedad la juzgaría, la Iglesia también.

¿Y yo debía hacerlo?
No lo hice. Reaccione como me lo gritaba le corazón.
Lo resumo en: “Escucha y Comprensión”.
Clara siente que ama, y que ama, en libertad.
Se siente comprendida y valorada, siente humanos en la pansa y es feliz.

Aunque ha tomado una postura de no alimentar ese tipo de relación, Dios le muestra que es capaz de amar. ¿Hay un punto para saber si es amor o no lo que siente? No lo sabemos. Me imagino que sólo lo sabrá ella y por supuesto Dios.
Pero mi postura ha sido acompañarla sin juzgarla, porque es hija de Dios y con eso me basta. Y en todo caso solo a Dios le toca juzgarla.