A Silvestre

poema de San Brendano

¿Cómo describir un poema?

Se lo debería ver con la señal del reconocimiento: Las palabras nacen de un ojo puro y el alma se despoja de su armamento invisible y los digitos, tanto como las obras de los hombres, se quedan perdidos con el devenir del transcurso de todas las eras. Los organismos se convierten en liendres que corretean por la melena rubia de un niño inocente. Las estrellas son puntos infinitos tan lejanos que no se derraman para que los proyectemos en una pantalla gigante. La pulcritud con la que un numero se resuelve despues de una caída hacia la nada. Estoy recostada con las palmas abiertas y los clavos de mi ataud perforandome las muñecas, tal como un estigma doloroso pero necesario. Las fiebres de los conquistadores también se han propagado sobre mi y un dialecto antiguo y real nos condiciona al eufemismo.
¿Quién elevaria en lo alto de su mente la paz que se encuentran en el oro de los monstruos salvajes y los cantos de los magistrados?
El color verde es mi hacienda silvestre. Las flores renacen de una semilla que ha caído en tierra y el grano de los pajaros es tan similar al lirio de los campos azules. Mi silencio enuncia cada silaba. Los nombres son diarios sinceros, aguja de los costureros, rama porfiada de los cuentos de hadas. Produzco mis horas: los minutos son mi haber y trayectoria. Si la vida me obsequiara un perfecto objeto sería un anillo grabado con diamantes que emularan al palacio donde habito cuando mi amor propio se limite a partir un día para unirme a las triadas de los ángeles y respirar el efecto inverso de un mundo considerado nulo para tantos poetas. No veo un libro en mis manos de anciana. No veo la oscuridad, la siento, se transforma en una caricia débil y pasajera. Las canciones suenan, los hilos del destino se abrazan a mi estirpe pacifica. El provecho es el deber con tantos adjetivos bélicos y estacionarios. Las hormigas, tranquilas señoras del tiempo y el espacio, continúan su trabajo llendo y viniendo sin demorarse. El veneno es una serpiente maldita semejante a la verdadera existencia, la que devora y mata al ser que cada uno de nosotros proclamamos como materia inorgánica. El cielo reaviva todas las fuerzas del misterio, nos rechaza cuando fecundamos la triste historia de los letrados. Una manzana simple, trovadora y lamentable ha servido como fuente de reserva, le siguió su amiga, la naranja que se resbalo por mis dedos y toco mis uñas. Un olor del sol, una recina del observartorio respecto a la luna, una llamarada hecha con rosas que dibujan un limón, la sustancia ácida regalada como la sabia por donde mis lágrimas brotan lentamente, penas y sollozos lastimeros, una guerra civil cometida en una misma bandera regada con la misma sigla. Los animales son parte de mi conceptual transparencia. Los espejos reales nos despiertan para siempre, nos encuentran en una ruta aledaña, la vida imaginaria me enuncia leyendas y pistas realmente sinceras.
La casa es un templo. Una iglesia de eterna hendidura. Cerca del puerto se hayan los horizontes platinados de voces, mi mirada es la tortura miserable, un bienestar repentino.El cuerpo celeste que señala el camino es el mio, eclipsara a todas las naciones, será un espectáculo en nuevas corrientes que gimen y me hablan hasta que mamá, el único fantasma amigo o las danzas latentes que profeso como un paganismo latente y unido a la tierra global me describa la costumbre. Me hiere la normalidad y si soy escritora de todas las vidas que han partido, de cada poeta que vivió y han muerto, quisiera por un solo instante de aquel árbol marchito, ese lago lleno de hojas, me de por una vuelta de sonrisas, un epígrafe que haya sido la espera incólume de los amantes albuminados por piedras de brillante tacitura.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Qué decir,si eres tan brillante! que tú luz es grandiosa,abrazo y felicitaciones!beso.

Critica: 
Mac1965

Que obra Silvestre, excelente. Un abraso y saludos

Critica: 
La Dama Azul

Imponente Silvestre, vuestra alma me parece fascinante, dado que se atreve a expresar en forma rauda todo lo que se es. Guardo tan selecta obra en mi baúl. Constelaciones.
Reciba mi reconocimiento y cordiales saludos.

Critica: 
La Dama Azul

"El color verde es mi hacienda silvestre.
Las flores renacen de una semilla que ha caído en tierra
y el grano de los pájaros es tan similar al lirio de los campos azules.
Mi silencio enuncia cada silaba"...

Critica: