Napsfea Anagenesis

poema de San Brendano

Ad Astra Laudato
Miserere
—¡Oh, llena de esperma la galaxia de Gamenide, pura espuma en tu óvulo, progeniza más ovarios! —
«Óvulo, Óvulo, Óvulo, genital, prepucio. Ovalogeinata, Ovuloivoloavel, Ovuloavuvel »
(Lleva tu Akmenra en la tabla de Isis, y obra con Tutankamon, hacía la cueva del Minotauro, en Abel, cuando Ariadna pule el blanco velón de Teseo y lleva su pezón hacia la corbatilla de Apolo, quién te preñó de semejante transparencia y dio tu placenta como jugo estomacal, ante el hígado de los trece caballeros en Valhala, y dónde:
—¡He ahí a mi madre, a mis padres y a mis hermanos. He ahí, el linaje de mi pueblo, vuelto a su historia!
«Testiculos, Cornete de Venus o Vulva, tus cabellos de vagina, segregan flujo astral de Empedocles.») Pero, Gameniada, Géminis y Centauro, llevan en su vena poplítea, al humero y al saco billiar. Cáncer, humedece su menstruación, donde la Sibila, llega a Apolonius y la antigua Gárgola, habla con el Hiperion. Ciego, ciego, como Tiresias, habla a Palas, has visto su pecho y su brazo. —( Gen, Gen, Gen, Anagen, Anasiovestre, Gen, Gen, microgen, Anagenitel.) — Labios y esputo, oteando hacia Gargullos y su hipocondriasis, hipervulo, Hipertensión y Géminis, lleva a Aries, pero Gonzaga, habla a Relés y él, a Dinisio.
—(Un momento a solas)—
Tebas derrota a Athenas, Status Quo, en Pericles y Artajerjes. Locria, Eubera y Megara, chillan por Implantes biónicos. Symmaquia. Milciades, y Sardes hacía el golfo de Solodamina. Alcméonidas regresa a Asia. Fidias y Miron junto a Ponicleto. — Así la belleza surge, pero Ishis, tu Epano gobierna hasta los jugos de Isilamanea e Opil, chilla si Yugi firma con su Atatanka su grabado Jónico. Sin embargo; Plastido, olfatea con su Erigen cada Molusco de Pernido y su Eclobanza hasta su Egeo habla con su Yuhular y su rellen, avisa hasta su Ekilo y su Jubiló hace que Ishteke, lleve a su Poliendres, hacia donde Dios no puede llegar... Pero, Alicandro, solloza, Fiones y Autemio, puede llegar hasta el Phartenon, y su Iuy, cae sobre tu Eobara, y Sifila, Sifila, canta al lado de Sophia, —Mengära, Mengāe, tulle Ingülï, Tūlœ, ya no enfermes, Halô, brilla por Jahü, y tú? ¿Tú? — ¡Ah, Ah, Ah! — En la oscuridad, surgió una Diosa llamada Silvestre y ella dominó todo y se arrodillaron los Dioses y ella fue la justicia y donde todos bebían ella hizo agua bendita del agua de los Sumerios y Apolo, se avergonzó y Athena, sollozó, porqué habían hallado a la más Hyuokō.