La sabiduria de Minerva

poema de San Brendano

No hay orugas en el corazón del orgullo
Mas la razón del niño se medira por su causa
Y es mi hermano quien hablaba
Y era Minerva la que lloraba
Astros polimenos del sol naciente
Oh, infinitos espacios concavos del osmosis sobre la cuneta lunar en la teologia universal del cosmos paleolitico del mistico anciano que sobrepasa al Ser
Silvestre rie con las vocales perfidas del anochecer
Y cada mañana se despierta sabiendo que sonreira aunque esta vez el miedo sea potente
Pues el sol en la serendepia mayuscula brillara como un alto torreon en la punta de la lanza y en la cabeza de la diosa
Y no habra voz
Pero se oiran los cantos del ciego
Risa ecuanime del tiempo de los Elfos
Oh, mundo enfermo y lleno de dicha para la cuaresma del siglo azul, he ahi mi vida en el empezar de los dias
Mi aventura contra el cinismo de los araucanos.