La que solloza...

poema de San Brendano

Enfermera

«Oh, Silvestre»...
¿Cómo has sollozado? — has visto morir a un paciente...—
(Cuando puedes llorar en la oscuridad, enfermera, engendras probetas hasta el máximo flor. )
«Gerundio, susurrando en las flores de la belleza de la muerte. »
Una flor blanca por los agonizantes
Un barbijo por los condenados a lucir mascarillas.
Un camisolin, por las venulas que trituran un mundo, empeora los tiempos y los glóbulos y las anécdotas.
Una hierba por un rosal marchito y un niño en tus brazos, muriendo por no poder respirar.
¡Piedad, Silvestre, ha muerto!
(Ahora, el sueño de la inmortalidad.)
— Cuál villavicencio en las aguas heladas de Helsinki, en los turbulentos océanos, pero la glaucoma y los ventriculos de los hematomas chillan si ven y magnifico en los tiempos de cada asesino.—
...¤π€β— en los organismos de los calludes, en los trópicos del fitoplasma y eglaboide y la traquea y los cornetes y las narinas, — y cada cabello, negro, como pincel y ojos de azul simploide, hasta la imaginación de los chillidos, y cada boca sangrienta...