A Jesus de Nazareth

poema de San Brendano

Sol y el resplandor de la luz.
En mi casa, orando he de hallar contricción
Oh, soles de invernadero
Cuál sea mi voz en los tabernaculos
Yo sonreiré en los capullos de las flores
Mi banda roja al lado del pecho y mi cabellera rubia con mis ojos azules dormitando en mi cascada y junto a mi ángel guardian, Miguel.
Oh, Dios
Me encomiendo a ti
Tu has de ser mi resplandor final
Cuando mis ojos se cierren
Y mis vertebras dejen de ser parte de mi ser
Y es mi oido quién oye tu voz
Y es mi boca la que suplica tu auxilio
Te pido amor y delicadeza
Un ungüento por mis hijos a los que he de salvar
En la cruz dónde deberé nacer
En mi dolor dónde deberé ahogar mi pena y con la sangre y los esputos y mi bocs de melanina y mis rayos de León, sollozando pero con valor, agradeciendote pero con el corazón contrito y mi pena a punto de carcomerme, yo siento la triste hora de la oscuridad cernirse sobre mi.
A golpes
Con una corona de espinas
Enpuñando un cetro pero dolorosamente justificandome sabiendo que soy inocente, he de salvar a la humanidad con mi vida y hasta el ultimo momento, arrodillandome para que los buenos perdonen a los malos y Dios proteja a los débiles hasta la misericordia del hijo de David...
Amen