Iluminación

Cuándo la presencia mítica de los oráculos sempiternos llaman al concibalo de la gracia omnipotente.
La fusión de las estrellas que giran eternamente alrededor del anillo covalente, supernovas qué mueren al transformarse en enanas blancas, puente láctecente supurado por las crisalidas y blandos capullos de orugas escenógrafas.
He visto la real herida traumarse por el agujero temático de otra hechiceria melódica.
He reconocido almas cuyo afán trashumante ha implantado en las celdillas rojas pájaros brillantes y ángeles oníricos miserrimos por una estatuilla física y números con proporciones ascedentes.
He coincibido en la memoria jinetes de acero, peces de oro dónde mueren las runas qué leen quiromanticas en manos Argentinas, pocillos de arroz y genealogícos humores más lejos del horizonte pragmático.
He recitado parágrafos ionicos qué mudan su caparazon y cibeles emancipadas por árboles magenta y lunas fibrosas enjoyadas de rubies gamuzados.
Ahí, taquipneicos vapores me han segregado las entrañas locas por hemorragias y muerte, monaguillos recubiertos en astragalos supieron consolar la porcelana rica, dotados con la ciencia de las mentes fabricadas por lumenes y rayos gregorianos ante la alfabetización engendrada por ciclopenicos altares.
Al fin; he manipulado las orgias llagadas por videntes serenos y madres con supranaturales amuletos qué me ostentan su felicidad y con las lágrimas en cien siglos moldeó perfectamente la imaginación de las rayuelas.