A Gerard de Nerval

poema de San Brendano

Nací en los montes pardos cuándo la locura llamaba al brebaje del olivo a inculcarse el aceite rojo de los satélites.

Una selva proyectada hacia los lejanos bosques acicalados y los cadáveres en descomposición. La hierba natural qué moldea con sus plantas al cielo perfecto y curvo con rastros de mártires en playas serenas y mudas.

La vasta caravana del ritual Afroamericano ha dejado por simbólico índice el pulgar benigno de la vulva y las costillas enfermas de sangre cómo carne en pura colocatura de triviales efigneas.

El acolito payaso hedoneando a purulentas secreciónes, la esfera espiritista de la herejía y los ahorcamientos en plena luz, nos dará por obsequio al árbol churruscado en dónde planctones minúsculos se arrastraran para devorar las manzanas envenenadas del primer gérmen autóctono y divino.

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Siempre es un gustazo leerte querida Silvestre tus escasas apariciones son razón de gozo pues tu suprema pluma es don divino. Te abrazo!

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Osler Detourniel

grata lectura. Saludos cordiales

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Cálamo Azul

de agradable lectura, saludos.

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Silvia

Siempre un placer de obra !saludos poetisa.

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ORTIZELBA

Interesantes letras, Un gusto pasar. Saludos.

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La Dama Azul

Me disculpo, por estar a punto de perderme vuestra obra; la encuentro completa en su forma expresiva y abrasadora. Vuestra pluma siempre ilumina éste lugar.
Recibe mis cordiales saludos.

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La Dama Azul

"Nací en los montes pardos cuándo la locura llamaba al brebaje del olivo a inculcarse el aceite rojo de los satélites."...

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