ROMPIENDO ESQUEMAS

Antes bien, es importante aclarar que sigo siendo el mismo de siempre, que a pesar de la congoja, la pesadumbre y el pesar de tu partida, han convergido en mi sensaciones y pensamientos frecuentes respecto a ti…
Aclarar algo que de antemano se sobreentiende es simple ingenuidad (ingenuidad descarada)
Hoy preciso de ser un alma más, sumida en este interminable y sempiterno sufrimiento con prolongaciones de escasa felicidad, que denotan simplemente mi agonía, ver que el cielo toma matices distintos, y que los parajes solo sean festivos, que el mecer de los árboles por los pequeños ventarrones sean ocasionales, hacen tiritar mi corazón…
No tuve elección, me obligué a mi mismo a formar parte de lo ajeno, de lo lejos, de lo que esta separado; ¿y cuál sería la cuestión? Definir la felicidad como centro de mi vida, pero alejada de la mía, una mirada a lo profundo a lo sincero, a lo claro y aunque difuso, a lo verdadero, hoy tuve por dicha pensarte al igual que todos los días de mi vida, una costumbre que estremece la claridad de mis pensamientos y emociones; esos que día a día te eligen por sobre mí.
Es hoy aún más extraño decirlo, pero el sentimiento que invadió mi corazón se mantiene tan intacto como el día que una luna llena nos acompañó, y aun si quisiera olvidarte tal vez sea la misma la que me haga recordarte.