Mi querido Viejo

poema de Ro

El viento sopla tan fuerte allí afuera, que te extraño. Quisiera sentir tu abrazo, uno de esos que curan todas mis nanas como hace tiempo atrás.
Alguna vez creí, que el tiempo me daría herramientas para construir grandes y robustas alas. Y así, lograr volar lejos del nido, lejos de tus consejos y cuidados, tan lejos como mis alas me lo permitieran.
Hoy descubro que mis alas pueden mucho, siendo incluso frágiles. Pero no hay horizonte donde arribar que se compare con pasar las tardes contigo en el jardín, aprendiendo a andar en bicicleta con rueditas y cruzar la calle sin mirar, porque de tu mano no existía peligro alguno.
Alguna vez creí, que podrías ser alguna clase de super héroe que había elegido mi casa para vivir. Luego, hubo momentos que sentí que para ello te faltaba al menos una capa y poder volar; y comprendí entonces que quien vivía en mi casa era sólo mi Papá.
Hoy descubro que los superhéroes duermen en las páginas amarillas de historietas que hace mucho no leo. Pero existe otra clase de héroes, los que andan sin capa y que en lugar de volar sólo caminan. Héroes con sonrisas no tan perfectas ni tan brillantes, pero sí verdaderas, que aprendieron a vivir y lo trasmiten. Héroes, que sin super poderes, me han sujetado justo a tiempo muchas veces sin que pudiera darme cuenta la mayoría de ellas.
Quisiera cruzar cada calle transitada de mi vida sin mirar, porque allí estás tomándome la mano. Pero sé que debo hacerlo sola, porque de eso se trata este aprendizaje.
Mi querido Viejo, me bastaría con sonrreir la mitad de lo que sonríes. Me bastaría y sobraría, con llegar a ser un día la mitad de lo que eres. Y….SÍ!!!, quién vivía en casa era un super héroe y se parecía mucho a tí.