El demonio

poema de Meddows

Dulce y amargo olor,
confusas palabras pronunciadas
que causan delirio
de un demonio charlatán que está escondido,
-en algún lugar próximo- siempre dijo,
que intento cazar pero al cual nunca doy conocido,
que desea robar mi vida
poco a poco,
arañando y trotando sobre mi alma
como un animal salvaje
pero que a sus dulces órdenes
yo estoy entregada, cautivada,
y obedezco en llamaradas
con la piel chamuscada por el fuego
que roza mis espaldas,
fuego invisible que abrasa.

Y yo, inocente y sensible,
estoy quemada en un infierno invisible
-¡pero que juro que es cierto!-
en un lugar abstracto en el que habita un demonio dominante
de mi vida
que nunca presencio,
que insiste ser visible
tras los reflejos,
pero que yo tristemente nunca veo,
-¡No te encuentro!- exclamo observando,
pero es que nunca le veo,
nunca lo alcanzo tras el cristal,
nada más que mi imagen confusa en los espejos.