América Latina

Viajó de prisa,
sus pies recorrieron,
valles y montañas,
cerca, muy cerca,
allí sentada,
le esperaba su amada.

Con la misma suavidad de la cálida brisa,
con la premura de Águila Real tras su presa,
con el exquisito aroma de la primavera,
eternizó su encuentro.

Estrechándola entre sus brazos,
sellando con el beso de la pasión,
aquel celestial momento de amor,
pasaron los días, los meses y los años.

Así abrazados, con gran alegría, Nube Blanca y Cachito de Luna,
sintieron extasiados
saltar del maternal vientre,
la semilla de su amor.

Se extendía por los Andes,
América Latina,
el trigo, arroz, maíz y
chocolate se fundían
en capullo de algodón.

El tricolor marrón con destellos cobrizos,
germinaba en cuna de tropical nácar,
arrullado por las olas del Pacífico
y el Atlántico,
nacía para unir los dos mundos,
¡Nuestra querida Nación!