Tu otoño, mis hojas secas

Tu otoño, mis hojas secas
en el rostro pálido de las tardes;
un tronco seco, raíces muertas
de un árbol mustio que un día fue grande.

Danzar con el viento, ¡qué aventura!
y que la brisa nos aparte,
árbol sin rama, sol en la altura,
hojas sin savia al suelo parten.

Que son pasadas las primaveras,
que son de antaño los veranos;
toda flor es ahora dura quimera
y todo suelo espera los surcos sanos.

Pero tu otoño exhala savia de muerte
y en mis venas de hoja hay ríos vastos,
se llenan de historia, pasado inerte,
que el invierno engulle y tiñe de blanco.

Tu otoño, mis hojas secas,
alfombra de muerte cubren los prados.
Tu otoño, mis hojas secas,
eran tus tierras, eran mis prados…