Aquellas maravillas

Sentir el agua de la costa
Con los pies apoyados en la débil arenilla;
agua delicada y vacilante ,
Que por unos segundos mis pies acaricia.

Mientras el sol se esconde con algo de melancolía,
Al saber que dejaría de ver a sus mozas las palmeras
Ellas verdes y bellas ,que delicadamente;
Para él cada madrugada se menean.

La brisa, ésta que golpea suavemente mis mejillas
En señal de que la noche se aproxima,
Noche con la que partiría.

Y antes de mi despedida, jamás olvidaré
Aquellas maravillas ,que con tanto anhelo
Deseo ver por mi ventanilla; antes de dormir
Y recordarlas para toda la vida