El tiempo

Todavía queda tiempo y los tiempos son para pensar.

El reloj previsible con su puntual proceso ejecuta el tic-tac y son las 11, entre pulsaciones y otras tantas repulsiones que revolucionan en el aire en el mismo instante en que el sol se apaga.

Lluvias que son gotas saltarines que alborotan el pasto verde.
Un domingo con sus promesas y excusas, mientras hay ojos que duermen y corazones que sueñan.

Universos alternos y una mente insociable con infinitas páginas blancas.

Es el destino que nos empuja hacia el verdadero encuentro donde lo que debe ser... ya es.

Sin altavoces ni muchos ruidos, la verdad tan simple como es, se revela. Nada jamas podrá ocultarla.