Cervantes cuenta cómo le encontraron después de casi cuatrocientos años “dormido”

Cervantes-. Calle, calle, que le cuento,
Sabrá que hallaron mis restos.
JJ-. Algunos dicen, supuestos.
Cervantes-. Pues verá, yo le comento.

Cervantes-. Perdone, que me distraigo.
Creo que corría febrero,

O puede que fuese marzo
El mes en que apareció
Un doctor que desalmó
A golpes de pico y mazo

La casa donde vivía.
Mesonero-. El jamón y la cerveza.
Cervantes-. Muchas gracias, que presteza.
Prosigo lo que decía.

Pues lléganme allí los mozos
Y empiezan a dar porrazos,
Que yo creí cañonazos
Y mi esposa entre sollozos

Agárrame de la oreja,
Sacó del armario un mosquete,
Púseme mi capacete…
JJ-. Una historia, bien compleja.

Cervantes-. … Catalina, se oyen ruidos.
Yo que estaba aquí “durmiendo”,
por el cuarto siglo iba
y escucho un jolgorio arriba.
¡Vive Dios, se están batiendo!

Perdón, hay que ser galantes.
Me presento a vuestra merced,
mi nombre, rapaz, sabed,
es Don Miguel de Cervantes.

Y ahora hacerme pues, favor
ya que me encuentro despierto.
¿Por qué se ha montado este entuerto
o quién ha sido el promotor?

Si hay algún lance de espadas
yo fui soldado en Lepanto,
con la herreruza me planto
aún tenga las fuerzas mermadas.

Contéstale asombrado el jefe del estudio a las mandíbulas de Cervantes, Francisco de Echeverría
No se preocupe Señor,
somos un grupo de expertos
buscando restos de muertos
con su histórico rigor.

Llevamos 50 días,
en gastos, 15 millones,
tomando las decisiones
buscando donde “dormía”.

Traemos tecnología
y cámaras muy delgadas,
viendo una tablas clavadas,
dos iniciales tenían.

Una M. y una C.
picamos con mucha paciencia,
al ver la gran coincidencia
mis conclusiones saqué.

Don Miguel presenta a los que con él comparten casa
Tengo a gusto el presentarle
a parte de mi familia,
finando tercia vigilia
horas son de levantarse.

Aquesta que ve es mi esposa,
llamáronla Catalina
al lado está mi sobrina
y el mozo que la desposa.

Sentado allí a la derecha
viere al segundo criado,
detrás el Señor Licenciado
que tiene una pierna maltrecha.

Los otros nueve que encuentra
con la osamenta delgada,
hijos son de mi cuñada
que trabaja en una venta.

A Maese Nicolás,
doctor y también barbero
y a Palomeque el ventero
no quedando nadie más.

De cómo los técnicos van a inmortalizar el momento en una grabación
Un placer Señor Cervantes,
yo me llamo Echeverría
vista ya la geriatría
merece una foto el instante.

Echeverría.- Por favor no se me agote
póngase aquí a este ladito.
M.C. - Si quiere yo le recito
un poquito del Quijote.

F.E.- Pues en vez de hacer retratos
hagamos mejor un vídeo,
cojamos el plano euclídeo
y empiece a contar el relato.

De cómo los restos de Cervantes se asustan ante la luz de las cámaras
M.C.- Pardiez ¿y ese gran resplandor?
dejóme la vista traspuesta.
F.E.- Perdone si le molesta.
¡Bajemos la luz por favor!

M.C.- Al ver tanto brillo pensé
que habíase aparecido,
el Cielo y Dios incluido
y absorto aquí me quedé.

M.C.- Vuesa merced atendiera;
comienzo los versos glosados,
por mí serán recitados
y dicen de aquesta manera.

… Al fin como todo pasa,
se pasó el bien que me dió
Fortuna, un tiempo no escasa
y nunca me le volvió,
ni abundante ni por tasa.

En donde vivo, podéis ver,
quedóseme corto el salón,
no teniendo ni un doblón
para cambiar el alquiler.

En trámites voy a ponerme
con la dueña del convento,
quizá que pagando un aumento
deje un adosado hacerme.

… Siglos ha, ya que me ves
Fortuna; puesto a tus pies;
vuélveme a ser venturoso;
que será mi ser dichoso;
«si mi fue tornase a es»

Aunque con tanto vecino
y estructura tan ruinosa,
quizá no me amplíen la fosa
ni dando un cuartillo de vino.

Aquí que con tanta humedad,
creciendo tanto yerbajo,
estoy de cintura hacia abajo,
con los achaques fatal.

… No quiero otro gusto o gloria,
otra palma o vencimiento,
otro triunfo, otra victoria;
sino volver al contento,
que es pesar de mi memoria.

Muy mal me encuentro de huesos,
todo el cuerpo dolorido.
¿Puede ser este el motivo
que tráense artilugios desos?

F.E.- No anda usted muy enterado,
todos estos artefactos
examinan los extractos
que nos hemos encontrado.

A Cervantes algo le huele mal
Tengo a bien una razón
don Francisco proponerle,
que mucho me he holgado al verle,
contésteme de corazón.

Si nadie se ha interesado
por mí en cuantísimo año…
paréceme muy extraño,
o algo más bien osado.

Pues tengo yo mis registros,
andando enterado y al tanto
en malas artes del banco
ordenadas por ministros.

¿Vinieren tal vez a un desahucio?
¿Para hacer derrumbamiento?
Teniendo conocimiento
el Rey corso en su palacio.

De cómo Cervantes se enfada cada vez más
O hacer de mi sepultura,
bonito y florido negocio
y darse a mi costa ocio
el Ministro de Cultura.

Ninguna de mis novelas
es de obligada materia.
¡Voto a Dios, Porca miseria!
Si quiera el Valido leelas.

Tomasen conocimiento,
del Licenciado Vidriera,
o de otra novela cualquiera
que ilumine su talento.

Pues la vida no se basa
en juntar maravedís.
¡Y ahora vuecé me decís
qué es lo que aquí se amasa!

F.E.- No se nos ponga tan serio.
M.C.- Serio no, muy enfadado,
no olvidéis que fui soldado…
F.E.- Y pasasteis cautiverio.

M.C.- ¡Cautiverio berberisco
guerreando por España!
¡Decillo lo hacéis con saña!
¿No seréis vos un morisco?

M.C.- Ganas me están entrando
de agarrarme la ropera
que en otros tiempos blandiera.
M.C.- Su merced me está agraviando.

De cómo Echeverría le hace la pelota a Don Miguel
F.E.- Párese, Señor Cervantes,
pues sólo aquí hemos venido
por ser el indiscutido,
de las letras más brillantes.

F.E.- Ya que le hemos encontrado
buena parte de sus restos,
pensábamos un día de estos
hacerle un Funeral de Estado.

De cómo Cervantes no da crédito a lo que acaba de oír
M.C.- ¿Quién ha sido el botarate
que ha tenido tal idea?
Eso que vos se plantea
es enorme disparate.

Yo ya tuve un funeral.
solo acudió mi familia
y un fraile que con su biblia
rezóme en la lonja claustral.

Dejen de montar follones,
atento a lo que le hable,
yo que hube sido contable
encontrar sé a los hampones.

De cómo Don Miguel de Cervantes y Saavedra hace testamento de todo el dinero de lo por venir
Si de mí, hacen dinero
sacando cientos de escudos,
dénselos a los viudos
o a las Hermanas primero.
A los ciegos y a los mudos
y holguen mis huesos desnudos,
regalándome un brasero.
Si políticos bocudos
por fuertes o bien por rudos
robasen lo que refiero
para holgar a “narigudos”
o encargarles a un joyero
collares con muchos nudos,
Haré, sientan los agudos,
Pinchazos que da mi acero.

Este será y ha de ser
el testamento que habría,
de mostrar llegando el día
que el Ministro ose aparecer.

Primero que aprenda a leer,
y luego, a escribir poesía
con estilo y armonía
y no hacer de mí un alquiler.

Que no quiero ser cornudo
a costa de un cenotafio,
con un infernal epitafio
que escribiera un tartamudo.

Aquí os dejo varios versos
que dieren forma a mi esquela.
Lo reciten en la escuela
y honren así mis huesos.

Yace aquí el hidalgo fuerte
Que a tanto extremo llegó
De valiente que se advierte
Que la muerte no triunfó
De su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
Fue el espantajo y el coco
Del mundo en tal coyuntura,
Que acreditó su ventura,
Morir cuerdo y vivir loco.