Sufrí pero aprendí: "el amor".

Te miraba en el sol de día, en la luna de noche. Te miraba en los rostros, esos de todos los días.
Te miraba al despertar y acostar; en mi mente, tú imagen bella.
Por más que intente no puedo eliminarte. Simplemente no puedo. En el andar de todos los días esa imagen se refleja.
En cada alegría y en cada tristeza. En los animales y la naturaleza te veo. En cada flor, rosas.
Sabes... que completabas mi vida. Mis días ya no son día.
Me faltas. Me falta tu contacto, tus olores. Tus actitudes y miradas.
Me faltas hasta en momentos en lo que te olvido.
Permanente.
Dejaste estragos en mi. Dejaste sufrimiento eterno.
Pero sabes qué. Hoy después de un tiempo:
Deje de recordarte. Deje de sentirte, perdí sensibilidad.
Deje de verte en todas partes.
Un día, cuando el sol se iba y daba paso a la luna te fuiste.
Así sin más sin menos. Así sola, en silencio como viniste.
Hoy puedo entender que la ideología de "almas gemelas" no existe.
La maldita ideología que todos tenemos está tan errada a la realidad y solo aquellos que sufrimos por amor podemos dar fe que está equivocada.
Cambié, sí. Me dolió, sí.
Pero sabe qué:
Aprendía que nada es para siempre. Que en ese "para siempre" hay brechas y dentro de estas laberintos y en ellos, justo en el centro está el amor.
Hay alegrías momentáneas. Tristezas constantes.
Hay tantas cosas como parejas en el mundo.
Y no hay nada como parejas verdaderamente enamoradas en el mundo.
Mi querida... aunque sufrí, aprendí.
Hoy te veo y no siento nada. Nada expresada en la alegría de todos los mementos que pasamos y disfrutamos.
Hoy la imagen en mi cabeza se ha ido y sé que no volverá.
No volverá...