EL AMADO (II), Y EL AGUA
poema de Maria P Gallo
El amado sumergió
en el agua
por un momento su rostro,
y luego sacó su cara
de agua emparamada,
con su bella sonrisa dibujada.
Las gotitas de agua,
besaban su carita hermosa,
y de repente salió el sol
para mirar su rostro,
y contemplar de cerca su hermosura
brillando muy de cerca a su figura.
Su rostro emparamado,
su cabello mojado,
y su belleza intacta, inalterada
con sus preciosas barbas
también emparamadas
cubiertas ya de amores, abrazadas.
Las gotas abrazaban
sus barbas marrones,
pintando en los espacios corazones;
tiñendo el ambiente
de rojos y violetas,
como lo hace un poeta;
trayendo más color a este planeta.