Quiéreme tal cual

Quiéreme libre, fuerte, valiente.
Quiéreme mujer, serena y en plena tempestad.
Quiéreme en mis días de gloria y en mi decadencia. Quiéreme invencible y quebradiza como la bromelia. Quiéreme con mis dudas y mis ideas suicidas, con mis intolerancias a la gente tóxica, a la injusticia y las arrogancias.
Quiéreme con impulso y sin buscar motivo, porque te nazca de los adentros, de los rincones más escondidos de eso que dices que tienes, esa bobina de sentimientos, eso, que llamamos corazón.