Ultimo Efeméride

Fue esa devastadora noche
En el coche encendiendo el ultimo cigarro,
La ultima espera,
La última palabra,
El último beso,
La última entrega,
La ultima caricia,
El último adiós.
Era de esas noches, en las que al cerrar
Los ojos,
Volaban todos sus sentidos en el escurridero
Profundo de los misterios cautivos,
Que opacan exhaustivos,
Tanto desde su grito, llegando a su voz.
En ese silencio embrutecido,
En el que la pena ahogaba la alegría,
En donde firme, pero débil, ya hacía
La cama vacía,
El pincel seco,
y algunas de sus poesías, desaparecidas.
En ese momento en que cayo su cuerpo
Y se elevó su alma,
Buscando la paz, encontrando la calma.
Ya viajando hasta el último de sus suspiros,
Aquel que, al empujón de un respiro,
Asfixio sus pómulos, revistió su cuello,
Colgando los placeres, en unos menesteres
Al borde de unos eslabones secretos y deseos reprimidos.
Erase aquello que, en la incógnita de su pensamiento abatido,
Taciturno, entumecido, algo frágil, y ya aturdido.
Era ese el último de sus cuentos de niños más queridos y favoritos.
Los Cuarzos rotos, en el corazón mal herido,
Hicieron revivir sus esperanzas,
Cubriendo con su edredón, hasta la panza,
Y en fuerza al pie quedaron descubiertos
Todos sus senos caídos y su rostro ya descolorido.
En el perdón de lo que quedaba en sus labios
Ya quebradizos, mal olientes y enrojecidos.
Un festín de amapolas,
Que ya no celebraba ni siquiera la partida
De algún moro en almacabra.
Es porque ya está el fenecido,
y es la última vez,
De toda su inspiración,
Donde muere el sentimiento,
Donde le caerán las hojas por el viento,
A través de un inhóspito tiempo,
Donde ya nada, quedará, y a la luz del alba
sus ojos cegará.
Escondido en el libro de hechizos,
de quien creaba por el flujo de sus venas,
al mar de las quejas,
y dejaba su ingenio en tierra,
y sus sueños en la estación de la espera.
Será pues,
La última vez,
Que la musa se declare, en estado salvaje,
Y ofrezca un duelo
A partir del amor sincero,
Que quedo en el recuerdo,
se desprendió belígero,
Para ofrecer la última obra de Voltaire.
Todo cuanto fue para un cínico pordiosero,
que jamás supo comprender,
el rejuvenecer de una mujer,
a través de su querer
y sus más esperanzados recuerdos.