Él… ¿Cuento o sueño?

Y en la insípida espera,

Liberando belleza en cadena,

Cual Nardo pierde en marzo

Todo su encanto,

Cual girasol deslumbra con el Sol,

cual Narciso deja con su olor,

A las miles de lunas llenas,

Que se asombran con su belleza.

Arropando sus pétalos desencadena

su delicadeza,

en una desnudez seca, pero llena de pureza.

Entre fanfarrones, hombres burdos,

Entre disque ejecutivos cultos,

Y un sin número de ejemplares piezas…

Sólo la música imaginaria,

Vacilaba extrañada,

Entre los bustos crudos,

De aquella dama indefensa.

El ambiente lo forzaban,

Una música en vigilancia,

Unas fuentes intermitentes,

Que a las estrellas despejaban.

Ella luciendo sus mejores galas,

Ellos muriendo, por deseos de tenerla.

Mientras mas se acercaban hacia ella,

Mas ella a él deseaba.

Fue aquel que, sin treguas, un día inesperado,

Entre risas, cuentos y penas,

Robo sus cinco sentidos,

Su alma y la sangre que corría por sus venas, que al delirio despertaba.

Es como aquel rocío que se posaba en los arboles del campo,

Y no deja olor, pero si su frio, que al cerrar los ojos

lo hace, propio, lo hace suyo y los hace mío.

Aunque más y más pasaban las horas,

Cantaban los pájaros,

Adornaban las flores aquellas arqueadas ramas de árbol dormido,

Solo ella cual doncella, no pensaba en nada,

Solo su mente forzaba, a pensar en aquel caballero flamante,

Que su vida entera fulminaba. En las celdas de una obsesión,
De un dolor que la embrujaba.

Entre fiestas, manjar, vino y, alhajas,

ella la más maja,

Vestía de galas, para su viaje al ensueño,

En un tormento pequeño, de bailables y cantatas.

Fueron esfumándose atrás en su primavera,

Los jazmines de sus más aliadas penas,

Ella la más búsqueda y asechada,

Y ella lo que mas anhelaba, resguardada en su lecho,
Amanecer entre sus brazos y posar sus sueños,
en su cándido pecho.

¿Quién podrá desdibujar su recuerdo?

Hacer tornar los momentos en irrelevantes pasatiempos y Con las migajas de su recelo, alimentar a miles de cuervos,
O solo montar un cuento, un soneto, para borrarlo y escribirlo
De nuevo.

Quizás buscar en el infinito, ese lugar único, que a través de sus
Titantos versos,
estén juntos
buscando a Orión,
Y puedan solo una vez hacer por fin el amor.
Hacerlo sin pausas,
sin hacer descansar
sus almas.
Solo vivirlo así,
como ella deseaba:
En un sueño que no acabara,
O en un cuento infantil de hadas,
Que tuviera un final feliz.

Porque, ella sabía que Él, la quería, por eso lo buscaba,
Lo pensaba y nunca de sus pensamientos despréndala.

Ella sabia que el la necesitaba, por eso
Ya fuera en cuentos o en sueños,
Fuera como sea,
Ella seguía siendo, la más solicitada,

Y mientras más la deseaban,

Era a el, a aquel,

Quien mas ella anhelaba tener, arropado a su alma.

Comentarios & Opiniones

Xio

Maria , preciosa obra, siempre tu bello talento adornando esta página, hace tiempo no te veia, un placer tenerte por aca, un abrazo, linda noche amiga.

Critica: 
Maria Buscaglia

Grcavias mi amada poeta! Lo del huracán nos mantuvo aislados. La comunicación estaba muy mala. Todavía habemos muchos a velas..pero bueno me gusta me pone a escribir mas , como lo hacían los poetas del romanticismo. Un fuerte abrazo Xio

Critica: 
Maria Buscaglia

Gracias mi amada poeta! Lo del huracán nos mantuvo aislados. La comunicación estaba muy mala. Todavía habemos muchos a velas..pero bueno me gusta me pone a escribir mas , como lo hacían los poetas del romanticismo. Un fuerte abrazo Xio

Critica: 
Silvia

Excelente obra un placer de dioses!!! Felicitaciones abrazo y beso.

Critica: 
Cálamo Azul

me he llevado una grata lectura.

Critica: 
GEB

Me encanto, cuanto talento para describir una historia, un placer, pasar por tus talentosas letras!!

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