Ojitos bonitos

poema de Marcel

Surjo de entre las tinieblas.
Trato de llamar tu atención.
Te escribo.
Pronuncio tu nombre al compás
del reloj.
Te pienso.
Trato de mirarte entre mis sombras.
Estás allí, varado, perdido, ausente.
Se me ocurre besarte.
Te abrazo y noto un alma dolida.
Miro a través de tus ojitos
el hastío.
Miro la vergüenza.
Descubro el huracán.
Sin embargo,
me gusta la tormenta que
eres.
Me juzgan por quererte.
Me muelen a palos la tranquilidad.
Y, sin embargo,
aquí estoy,
en un cómodo sofá,
escribiéndote,
ojitos bonitos.
Quiero descubrirte.
Quiero recorrer tus paisajes.
Necesito penetrar en tu alma.
Deseo poder curarme y curarte
y curarnos.
Somos un par de almas dolidas.
Juntos somos un tornado.
Juntos vamos desafiando el
presente.
Juntos vamos sin ser nadie.
Vamos con la tristeza en la mirada,
al ritmo de una inminente
sonrisa.
Vamos rotos
pero felices,
después de todo,
pues,
nos hemos encontrado/ para no
soltarnos,
para desvirtuar esta realidad.
No hay duda alguna,
ojitos de estrella,
la osadía de estar juntos,
es revolucionaria.
28/07/2017