YA NO

YA NO
Ya no hay puertas que cerrar,
el día ha dejado un resquicio
de agua y viento.
Se han roto los visillos de mis ventanas.
No me importa si la noche me abraza,
pasa de mi y besa otros ojos.
Ahora duerme mi corazón,
en una caja fuerte hecha de tiempo,
de memoria,
de muchos dichos sin hechos,
de muchos abrazos sin alma.
Ya no hay puertas que abrir,
tampoco que cerrar.
El tiempo ha barrido las hojas
del árbol de los poemas,
y los pájaros volaron al verme llorar,
dándoles la espalda.
mabel escribano
d.r.
imagen: google