SIN SENTIDO

Alguna vez busqué el silencio,
y las palabras no dejaron de hablarme.
Metralla en la cabeza,
dolor en el pecho,
y una cierta angustia,
hija aparente de una alergia en cada frase,
y en su contenido un estornudo sin alivio.
Sus murmullos rompían mi serenidad,
dando golpes en mi cabeza,
con la tozudez de quien quiere salir,
para desvirgar la inocencia de un papel en blanco.
Y yo, sin saber qué decir,
tratando de poner en orden,
aquél batiburrillo de letras,
que lejos de aclararme,
me confundían cada vez más.
Y se nació un poema,
uno de ésos que se paren solos,
que te quitan cualquier mérito,
que te dejan vacía,
sin otra cosa que la perplejidad,
y las manos temblando,
porque ni tú sabes para qué,
ni quien lo ha escrito.

mabel escribano
d.r.
imagen: google