LA SILLA DE ANÉA

LA SILLA DE ANEA
Hay días que me siento a esperarte.
Tomo mentalmente aquella silla de anea,
en el patio cordobés de mi abuelo,
y me lleno de aromas florales.
Me canta la fuente su canción de agua,
con el sonido de mil gotas tocando la piedra,
horadándola, como el hombre horada,
la tierra para hacerla fértil.
Otros son como rachas de viento,
esas que nos tiran el pelo sobre los ojos,
sin dejar que miremos de frente,
haciéndonos agachar la cara,
sacudiendo el cabello.
Hay días sin ti que huelen a misterio,
a bosque galaico,
con la Santa Compaña metida dentro y yo,
escondida tras un árbol, viéndola pasar,
sudando el miedo a perderte.
Y ese bendito otro,
ese en el que voy a buscarte,
en el que no te espero,
porque sé que estás llegando,
y no hay nada más que minutos,
que pasan tan lentos,
pero pasan y te veo venir,
y me abrazas,
y te abrazo
y nada tiene más perfume que tu pelo,
y nada me da más vida que tus besos.
Por eso, aunque sé que no vienes,
hay días que me siento a esperarte,
sobre la silla de anea del te quiero.
mabel escribano
d.r.
imagen: Google

Comentarios & Opiniones

Xio

Que triste y bella espera en la silla de anea, porque...aunque se que no vienes... hubo un tiempo que si y bendita memoria, mis abrazos Mabel, lindo día

Critica: