LA MUJER COTIDIANA

LA MUJER COTIDIANA
Sus manos cotidianas
prestas para lo mínimo y lo máximo
largos dedos de pianista que
nunca tuvo opción a tocarlo.
Sus ojos profundos que otean
lo limpio de lo sucio
enmarcan la belleza de una sonrisa
un "por favor" o un "gracias"
como regalos valiosos.
Ella que sabe escribir un poema
hacer un guisado
planchar la más enrevesada de las camisas
plantar y hacer crecer una flor hermosa
en el más mínimo de los parterres.
Que besa arrobando a la otra boca
haciéndose dueña de sus deseos
acaricia como el más cálido de los terciopelos
mientras imaginan que se desnuda
sin que intente siquiera hacerlo.
Sus manos cotidianas se aprietan
eróticamente cercan el cuerpo
arañando con afán haciendo que
posean cuando es ella
la que está poseyendo.
Ella
la cotidiana
la que tiende la ropa
hace la compra
maldice el calor
cuida de su casa
de su gente y de su cuerpo.
Hermosamente cotidiana
aunque no lo imagines
cuando hace el amor
su fuego hecho sexo
lo envidia el infierno.
mabel escribano
d.r.
imagen: google