LA MIRADA ASOMBRADA

LA MIRADA ASOMBRADA
Doblo las esquinas
de las calles invisibles.
Ni nombres ni números,
me han robado las avenidas,
podado los árboles
y matado los pájaros que anidaban
en ellos.
Tiempos de cambios,
de miedos comprados
con monedas de amenazas.
¿A cuanto por un mes más de mi vida?
Quieren venderme una eternidad
que no existe.
Tapabocas,
guantes,
manos alcoholizadas,
sanitarios agotados,
políticos sordos a otra cosa que,
no sea su ambición personal,
y un olor a pánico regado en las aceras.
Te pueden matar los coches,
pero no,
caerte por las escaleras,
tampoco,
fallarte el corazón del miedo a morir,
pero hoy no toca morirse de eso,
sólo morirás si no haces caso,
de quienes se pelean por gritar más alto.
Hay que mirar al doblar las esquinas.
Evitar los besos que ya no te dan,
aunque los quieras.
Negarse a morir, vivir negándose,
para evitar a una muerte que,
sobre el tejado de la pandemia,
nos mira entre irónica y asombrada.
mabel escribano
d.r.
imagen: El cielo sobre Berlín