ESPERAR
ESPERAR
Aprendí a esperar tras las rejas del internado,
oteando la libertad de un velero,
sobre el mar azul,
sin saber que tampoco era libre,
-eso lo supe más tarde-.
Aprendí a esperar los atardeceres rojos,
donde el viento se vestía para bailar con los pinos,
despuntando pequeños puñales verdes.
Y esperé presa de la religión,
de las costumbres,
las situaciones,
lo que se podía y lo que no se pudo.
Aprendí a esperar pero ellos no entendieron,
tenían un libro,
obedecían a un libro,
donde yo no estaba,
aunque estaba escondida entre sus líneas.
Y esperé en sus normas,
y fui como ellos,
pero no tan ellos,
como ellos quisieron.
Y me cansé de esperar,
lo dejé todo y me fui,
a donde tú
-que sigues su libro-
no irías pero yo, que ya no seguía nada,
ni a nadie, si fui.
Y ya no esperé,
claro que nadie me esperaba,
pero comprendí que,
tampoco los veleros de mi infancia eran libres,
Tenían un patrón,
que izaba o arriaba las velas,
como hicieron conmigo tantas veces.
Ahora ya no,
ahora camino,
despacio o deprisa,
he aprendido a no esperar.
¿Para qué conjugar el verbo,
si a mi, no me esperan?
mabel escribano
d.r.
imagen: Marlen Celorio
Comentarios & Opiniones
woow que poema amiga, me ha gustado de principio a fin,
felicidades y gracias por compartirlo.
Tremendo, así ha sido dirigida la vida de muchas personas, por reglas, por normas, por religiones, esclavos de la palabra y de las escrituras que sólo están en los libros, sin opciones de respirar sin otros pulmones...como siempre me inclino, besos.
Estimado Jaime Mauricio. Gracias a usted por su tiempo y su comentario.
Mi querida Xio, eso padecimos y muchos de nuestros males vienen de ahí, por desgracia. Un abrazo
Lo bueno Mabel es que lograste salir de eso, no esperas pero decides que es más productivo. Te felicito, me gustó mucho tu poesía...bendición⚘⚘⚘
Querida Txiqui como siempre, un placer su compañía.