EL PERSONAJE Y LA ACTRIZ

EL PERSONAJE Y LA ACTRIZ
Se buscaba en el espejo húmedo,
bajo la cortina de agua fría,
queriendo compañía y sin quererla.
Sudaba contradicciones,
bajando las escaleras de la incógnita,
entre quien era, quien creía ser,
y a quien debía representar.
Se buscaba en la que ayer dijeron amar,
y en la que hoy no recordaba,
hubiesen amado.
¿Cómo creer lo intangible?
El fácil tono,
el penoso,
el dulce y creíble "Te amo"
Prescindió de los tacones de quien fue un día,
y dejó de ser al siguiente.
¿Existe el recuerdo?
¿Recreamos una fantasía?
¿Nos la creemos?
¿A qué nos ata la memoria?
Ebria entre la risa de una borrachera sin alcohol,
pletórica de sexo,
con el olor del orgasmo en la piel,
naciendo de una serenidad sin dudas,
bajo el árbol del pensamiento que,
pululaba por su cerebro,
sin dejarla descansar.
Era tan vieja como su edad decía y,
tan joven como sus expertas manos,
acariciando la piel de la belleza amada.
Se buscaba donde el mal nacía,
para ahogarlo,
como todos los días.
Sorprendiendo a su bondad asustada,
tras la mampara de un baño,
en la que ningún criminal saciaría su psicosis,
matando a cuantas sobraban en su vida,
tan llena de personajes que,
en la vida real nunca quiso,
ni ser ni interpretar.
mabel escribano
d.r.
imagen: google