EL JUEGO DEL AMOR

EL JUEGO DEL AMOR
Cuando el amor se esconde,
para que no lo encuentren,
el mundo juega a buscarle.
Amar es dejarse ir hacia la locura,
ser diferente siendo uno mismo.
Adentrarse por el camino,
donde sangrarán los pies,
si el baile no es al compás
de ambas músicas.
Nada se asemeja a ese placer/dolor
que se adentra en el estómago,
nos quema y refresca,
aturde nuestra mente
haciéndonos balbucear como niños,
cuando vemos sus manos acercarse,
olemos su piel,
intuimos el abrazo y sabemos que,
finalmente hemos encadenado,
nuestros sentidos y sentimientos a otro ser.
Pese a negarlo,
nos volvemos dependientes de sus miradas,
sedientos de sus besos y caricias.
Tan sólo queremos escuchar,
el sonido de sus voces diciendo que nos aman.
Y es cuando el amor,
juega al escondite asustándonos,
haciéndonos deshojar la inocente margarita,
que a nada responde,
salvo a la mentira que queremos imponerle.
Se disfraza de placer, nos seduce,
frivoliza con la luna,
es un cuerpo que nos lacera intentando convencernos,
de ser aquello que nos falta,
la mentira de un complemento,
la acidez de media naranja inexistente,
porque sin el otro o la otra seguimos lo que somos
seres completos, aunque lo ignoremos.
Descubrimos su juego y aún así le amamos.
Pese a todo, como un niño juega al engaño,
nos miente y hacemos ver que le creemos,
nos aturde con su lujuria,
y caemos disfrutando,
felizmente caemos.
Se hace el loco,
y somos pastilla y veneno,
camisa de fuerza abrazándolo,
haciéndolo nuestro para siempre,
ignorando que se irá cuando se canse,
porque sabido es que,
para el, eso del amor
es tan sólo un juego.
mabel escribano
d.r.
imagen: GOOGLE