DEL MAR, EL LLANTO

DEL MAR EL LLANTO

Rompo desde la esperanza,
el ritmo de mi propio corazón.
No existe mi suerte, es un albur,
que tropezó conmigo en el camino.
En mi mano,
la cálida caricia se regenera,
se hace y deshace sobre la piel que,
buscándome me acuna en el placer del afecto.
Ya no miro el mar con inocencia,
en él subyace el deseo de tomarme,
para hacerme presa,
testigo y sombra de su azul más profundo.
Rompo mi camino por su alma presa de la arena dorada,
dormida en ambos la esperanza,
sumergiendo mis pies entre las piernas de sus olas,
robandole una caricia a cambio,
de una única lágrima.

mabel escribano
d.r.
imagen: Google