CAMINO DE PÉRDIDAS

CAMINO DE PÉRDIDAS
Hay un camino sin camino,
una extraña senda que,
luce el peinado de los arbustos,
el olor del bosque,
los rastros humanos,
los abandonados objetos,
piñas yermas, condones rotos,
y latas de cervezas aplastadas.
Lejos, un punto blanco asemeja una casa,
y en el horizonte el mar es azul.
Nada parece existir salvo el movimiento de,
las copas de los pinos.
Yo no soy ni una hoja caída,
para este bosque inmenso.
Me pierdo entre las zarzas,
huérfanas de moras que,
ayer brillaban bruñidas por el sol,
maduras de su tiempo.
A mi derecha una chumbera,
pletórica de hijos llenos de espinas,
dulces higos chumbos,
pienso en mi madre,
su hermosa boca disparándome,
los pequeños huesos,
riéndose conmigo de mis gritos.
Hay un camino sin camino,
el de la memoria que se nos difumina,
perdida en la imagen de,
quienes amamos y ya no volveremos a ver.
Alguien recogió las moras,
la chumbera agoniza enferma,
y aquel punto blanco, que imaginé una casa,
sólo era una furgoneta de reparto.
El mar está gris, encabritado.
En el suelo muere la tarde.
Oscurece,
se hace de noche.
Mi memoria llora,
su lento abandono.
mabel escribano
d.r.
imagen: google