A LA HIJA DE LA LUNA

A LA HIJA DE LA LUNA

Amiga luna, el destino me ha proporcionado
la suerte de conocer a tu preciosa hija
me dijo que lo era y le creído.
Amiga, que linda es, y se además que es
inalcanzable para mi por la distancia que nos separa
tal vez nunca me permita observarla, acariciarla
vivirla como sería mi deseo,
pero me conformo con verla
a través de mi imaginación,
tal cual la veo, dulce, hermosa;
deslumbrantemente bella.
Luce esquiva, no quiere acercarse a mi
pero seguiré allí constante, decidido, osado,
Valiente, como me lo insinúa.

Atrevido es lo que soy lo entiendo,
pero no es mi culpa, ha penetrado
sin quererlo en lo más profundo de mí ser.
Te juro que la amo, amo a tu hija amiga luna;
pero también entiendo que ese amor
No podrá materializarse jamás, lo se;
pensaré en ella, sin poder lograr mis deseos
de vivirla, de estar a su lado.
Y a ti amiga, gracias, mil gracias por haberme
Permitido no solo conocerla, sino
Prendarme locamente de: “La hija de la luna”.

Luis Varela Luzardo