Aguas claras

Se escuchaba una calma inigual, pero si nunca, un ruido tal me despertó, y la aurora boreal en su letargo hizo mi sueño inmarañable , surgió de pronto una fresca brisa de tu perfume, tus labios, tus lindos ojos y lo loco de tu mirar ,hay Dios! Que calma , aún en esta hora del día, me enfurece el sonido de aquel faisán, pero que hermoso atardecer al caer de tus brazos, oh! Si lo se, mi pecado es un presagio de eterno resplandor, y la luz que cega mi vista, oh, pero si hoy ,solo veo en mis manos un futuro muy lejano ,entre estrellas ,camino y descanso en nuevos senderos, que calma tan eterna, en este vacío, pero que bella es tu compañía, hasta el fin de los tiempo a tu lado mi mujer, mi Diosa mi fresca Julieta de Diciembre.