Sonidos en la noche.

Reposaba yo en mi alcoba
sumido en un profundo sueño
ondulando entre los astros
atendiendo a las estrofas
del trovador Morfeo.

¡¡pom, pom, pom!!
¿quién golpea mi puerta?

Algún percusionista inmerso
en tambores de media noche
faltos de cadencia y ritmo
retumban en mi aposento.

Un gran silencio acontecido
reniega de tal estruendo
pues en mi cabeza
aún retumban los latidos.

¡¡pom, pom, pom!!
¿Quién llama a mi morada?

Quien fuera el culpable
se reserva su pesquisa
me asombra su escaramuza
y me sumerge en gran pavor.

Oscuridad que me acontece
en penumbras que atormentan
las tinieblas me amedrentan
la umbría de mi ser.