Pulserita Roja

En la orilla del azul inmenso, me regaló una pulserita roja, pensaba, sólo está siendo intenso, y poco a poco mi energía se agota.

En el púrpura resplandor del ocaso, me habló del amor, yo sentí que me hacía prisionero, que poco a poco perdería el control.

De la nada me brillaban los ojos, mi ansiedad se imaginaba ya el final; como siempre otro despojo, como siempre acaba mal.

Y si el mar se lleva mis penas, mis recuerdos, traumas y guerras; si arrastra los miedos, si el tiempo se frena. Y si no me regalabas esa pulsera,no habría hubo, no habría hubiera.

Aún veo tu cara cuando miro las estrellas, aún recuerdo cuando caminábamos por la acera, al principio quería que nadie nos viera, ahora solo pienso que sentiría si alguien me quisiera.

Cuando volvía de bailar y me esperabas para salir, cuando sin importar si me retrasaba, sabía que no te ibas a ir.
Cuando viajando me ponía a cantar, gritaba y sentía, no me ibas a criticar.
Cuando me inspiraba y comenzaba a escribir, cursilerías y tristezas, sabía que no te ibas a reír.

Pensaba siempre en lo lejos que íbamos a llegar, en realidad me perdí, no pensé que podrías algún día fallar. Flote con mis pensamientos, hundí mis miedos y mi propia ansiedad; era tarde para remordimientos, debía afrontar la verdad; sin saber de procedimientos, no me debía enamorar.

Necesitaba todo, pero todo eras tú, cuando no estabas cerca, imposible divisar luz; hasta la penumbra se volvía intensa. No tenía alas, no tenía fuerza, no tenía ganas, mi mente era dispersa.

Caí a depender del juego, del esperar un te quiero, me conformaba con tan poco y cuando errabas me hacia el ciego.

Creí era perfecto, más sólo era un ideal; pensé que eras correcto, pensé que te ibas a quedar. Fallaste como el resto, cumpliste como nadie más; fingiste ser honesto, me volviste a lastimar.

Vuelo en el viento con el paso de los años, de ser tan felices a sentirte tan lejano. De ser tan cómplices, a ser extraños. Creía iba a terminar feliz pero esforzarme fue en vano, me dejaste dolor, inseguridad y la pulserita roja que cuelga siempre de mi mano.