La muerte de cupido

Si no te llamo no vienes
Si no no te escribo no respondes
Si no te beso no lo haces
Si no salgo vos tampoco

Te he amado como
a ninguna otra noche,
Te he amado desde lo
absoluto de mi alma.
Te he amado con lo que
no es dicho.
Te he amado para que
de tu abismo salgas.

Parece ser que no hay
amor que valga.

Cupido hoy muere en
mis brazos sin dar abasto.
¿En quién depositaré mi
confianza cuando
deba amar?
¿A quién recurriré ahora
en mis horas de largo llanto?

Con tu pecho frenaste balas,
soportaste sin quejarte,
lograste poder entenderme...
Y sin embargo ¡Sin embargo!
no has podrido sobrevivir
a la vida misma y su
última estocada.
Madre ahora me mira con ojos
sabios dados de la vida misma,
ojos que tu muerte presagiaban.

Sangre tuya en mis manos;
la culpa a mi alma es elevada.
Ahora que en mis brazos yaces,
no puedo siquiera mirar
a mi amada.

¡Amada mía, por qué lo has matado!