CARTA A UN LOCO AMOR

Gracias, muchas gracias. Por el mismo hecho de ser mi esposa, mi amiga, y mi amante, por tu ser el arte que besa mis manos en la mañana, y por tu sonrisa divina que ha de merecer mi muerte. Gracias...Por toda mi vida, y todos mis caminos; por el día, la noche, la tarde muerta de otoño donde solo tú estás a mi lado...Gracias....Por saldar con honores la felicidad que la vida me ofertaba. Por recoger mis brazos en la penumbra y abrigarte en mí con tu cuerpo. Por las fallas, los problemas, la caída de mis penas y tu sonrisa entusiasmada chispeante en el dintel de la puerta cuando salgo a mis batallas. Por tenerte en mí con todas mis ganas. Por los hombres que te quieren; por caminar conmigo por la calle estropeando estratagemas; porque jamás me temas y siempre has de adorarme. Perdón por las mañanas de frío y melancolía, por el día que jamás llegué, por la noche que grité en silencio, por los lujos que no te he dado, perdón por esta vida y mis razones que han de amarte siempre.
Si un día muero, no llores. Ámame otra vez, y vuélveme a la vida en el infinito, envíame hacía esos pasajes que solo tú conoces en tus dimensiones. En mi ausencia, cálmate de prisa, escucha la soledad de nuestra cama y háblame al cielo, cuéntame del día nuevo; yo siempre he de seguir escuchando. Pero…..Si llegara un día a saber la fecha en que el infortunio me ha de llevar a expirar mi aliento en su cerrar de ojos; cásate conmigo de nuevo. Dime que me amas otra vez. Que me tenga envidia la muerte al ver que a sus manos voy con la sonrisa trazada por las tuyas; esas mismas manos que han levantado mi cara tantas veces y tomaron mi hombría del suelo a su lugar. Te juro que te amo. Te juro que yo te amo y si acaso un día vivo de nuevo, atraviésate por mi camino para amarte otra vez.