Ka´aí

Podría cuestionar el latido autóctono
De una cebada con agua caliente o fría
Por una taza de algo tan ajeno a lo nuestro
Como el mismo idioma en que escribo esto.
Nuestra unión social como agentes sociales,
Nuestro vínculo con nuestro pasado saqueado
Es nuestro sello ante el invasor mediático
Que revive en cada sorbo, en cada pensamiento.

Un momento de sabor ácido y amargo
En ocasiones, se hace una necesidad
Exista inminente calor, o ausencia de éste
Como si fueran las cinco un día de otoño.
Puede que esté en la cabecera de la mesa
Sin más compañía que el ruido lejano
De algún ladrido, o de una bocina;
O puede que este sentado a tu lado
En medio de un oasis, sobre pelones de hierba
Sin nada más que nuestra cercanía.

Te pido con voz cercana a la suplica
Que por favor no me agradezcas nunca
Pues termina así nuestro ciclo compartido
En la infusión de mi soledad completa