Zapatillas azules

Cada paso que envolvieron aquellas zapatillas azules, las cuales eran en ese entonces el motor perfecto para llegar a mi sendero, sin importar el terreno o escenario que la vida decidiera otorgarme, siempre lográbamos llegar.

El tiempo sin duda es aquel mágico maestro que se encarga de hacerte ver que nada es eterno, mis zapatillas habían fenecido, pero de una manera grandiosa, fenecieron en el intento de escalar aquella montaña que tenía por estandarte "CRECIMIENTO". En ese momento aquellos pies quedaron al calce del pavimento gris y frío.

La poca calidez de aquel pavimento hizo que mi agitado corazón intentará calentar su frialdad con un mar de lágrimas, el intento resultó inútil e insuficiente, así que no hubo más opción que continuar con mi andar.

Años después decidí intentar escalar aquella montaña de nueva cuenta, ahora aquellas zapatillas se habían convertido en las botas adecuadas para escalar ese tipo de terreno.

Tras varias horas de recorrido, al fin llegué a la cima de aquella montaña que me abatió de forma catastrófica, al poner pies firmes frente aquel estandarte que decía "CRECIMIENTO", brutal fue mi asombró...

Aquel estandarte había sido sustituido, no podía creerlo, no entendía quien más habría tenido intención de llegar a la cima de mi montaña, estaba impactada, eso no podía ser posible, el aire frío me abrazaba recordándome que era momento de descender...

Aún con el impacto di la vuelta para descender, y de pronto me tope con un estandarte que decía:

¡Ve por más, jamás desistas! ¡Esta vida es un cúmulo de sorpresas! ¡Así que sacúdete y conquista no una MONTAÑA, conquista LA VIDA!