A N X I É T É

Debería amanecer sin miedo
y con la certeza de que hoy no me culparé;
es como el niño que llora sin saber por qué
es como el anciano que ya no tiene por qué
preocuparse y lo hace;
es como yo, cuando mis dolores de cabeza
aumentan con cada murmullo que no era
para mí.

Tengo unas ojeras que huelen a muerte,
dos pecados cada minuto
y el precio del perdón en un frasco medio roto,
medio lleno, medio nada.

Y en pro de Trimegisto:
mi cuerpo es vibratorio,
como todo lo que se mueve en este plano
universal;
es ondulante,
es fibra sin parar;
como mis manos al sentir la tempestad
al borde del fracaso,
al borde de la culpa,
de la vida y la muerte entrelíneas.

Comentarios & Opiniones

Penelope

Curiosa obra! Saludos cordiales!

Critica: