Rutinario

Esta pared que produce
la sombra y el elixir ante
el calor, clavando las
aureolas en la misma
integro mi armonía al lugar,
en la rutina mis pies elevados
batallan con la danza del
caído, sumergidos en la
tempestad echa suelo,
el frió se adentra tras
los dedos de la garra, y
la soledad no se queja,
las luces parpadean como
enamorando mi epidermis,
se coagula la sangre
dentro del canario que se
encuentra dentro de mi ojo
izquierdo, el cual ya desde
otro intervalo de sexos y
sonrisas se cierra para
siempre, o por un segundo.

La llave de la ducha me
extiende su extremidad,
es voluntaria la puta en la
escalera esperándome con
su bata de "Hello Kitye"
con sus labios a medio morir
y el cigarro esparcido por el
oreo logro abrir la llave
y me sumerjo en la escandinava
acuarela de los peces imaginarios,
no tengo los lentes de contacto,
pero siento como la linfa liquida
me convulsiona los huesos.