El correr oscuro.

poema de Carlos Torres

Con la efervescencia de correr oscuro
cuando presa el miedo y no hay lugar seguro.
Predispuesta al odio de una gran fortuna
que sirve el dinero si el alma está cruda.
Le agarrota el vientre, le duelen los ojos,
mueve la cabeza de un cuello a lo loco.
Los dientes se quiebran del mordisco propio.
Parada un momento en el mismo árbol
lejos y en el cielo las nubes de mármol.

A un paso muy corto camina con fuego
del rencor profundo del amor de celos.
Con el guante oscuro sujeta el cuchillo
la ha dado mil muertes con fuerza y con brillo.
Un suspiro nuevo con nombre de tumba
en un año oscuro sepulcro y fortuna.
Como agua estancada rica y pestilente
la corriente dura va a podrir la mente
Y atrapado el tiempo esmalte de estaño
el correr oscuro para huir o para hacer daño.

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