LA POESÍA ES LUZ

Hoy, amanecí torpe,
como olvidado de mí,
desconcertado, vacío,
sin saber qué me pasaba.

La noche, usurpadora,
me había robado los sueños,
me había dejado sin ilusiones,
había dejado de ser yo...

¿ Qué hacer - me dije,
si me ha dejado convertido
en un desvalido mental ?

Ya nada me arredra,
ni siquiera la muerte
que la presiento cerca.

Tomé el camino rutinario,
ese que sigo cada día,
abrí una antología poética,
y comencé a leer como si nada
me hubiera sucedido.

Cada poeta leído,
fue un sembrador de sueños,
tantos, como la noche me había usurpado.

Fueron depositando sobre mi mente, parcialmente vacía,
sus fecundadora semilla,
y por gratificante ensalmo,
la perdida lucidez volvió:
volvió a normalizar mi estado.

Permítaseme aconsejar
a quien se encuentre postrado
ante la desesperanza,
ante las oscuras tormentas
que la vida nos aporta
a casi todos, - por desgracia,-
que lea poesía, la que le guste:
la culta, la exquisita, la popular, la que prefiera;
pero, que la lea y relea.

Al menos, que repita
aquel poema que en su juventud
tanto le gustó, ése que releyó
una y otra vez hasta memorizarlo
ante los encantos cautivadores de la amada.

Verá como el tormentoso nublado,
se pierde y se desvanece,
para aflorar la luz estimuladora,
que seguro necesitaba.