AROMAS DE OTOÑO

El urbanita desconoce:
cuan grandes son los tesoros
que la naturaleza esconde
en nuestra cordobesa sierra
en nuestros abruptos montes.

Hoy he vuelto de ellos
preñado de fragancias ,
ungido con los olores
de la hosca esparraguera,
que cubierta de espinos,
se hace hostil, bravía y serreña.

Son sus florecillas blancas,
nacidas en sus espinos,
dueñas de aroma divino
en el día septembrino.

Un aroma sorprendente,
un aroma desconocido,
que junto a la zarzaparrilla,
crecida en el arroyuelo,
son dos aromas sutiles
superiores al majuelo,
también serreño y divino

Ni las delicadas fragancias
del azahar y la rosa,
a estas salvajes plantas,
se asemejan o son copia.

Es tan sutil y delicado,
el aroma atesorado,
que quiso Dios premiar
sus espinosas ramadas
con fragancia celestial
en la tierra inigualada.

Yo no sabría explicar
con palabras de gañán,
entre los cerros crecido,
los aromas de la sierra,
inesperados, desconocidos,
cual es el aroma
de esta bravía planta,
el más delicado y sutil,
que jamás haya conocido.