ORACIONES REFLEXIVAS

poema de KOKOKAR

ORACIONES REFLEXIVAS
(Por semana santa)

La experiencia te enseñará a no ser esclavo de tu cuerpo.
El cuerpo es una prisión.
Jesús lo entendió así,
Nunca sintió apego por lo material,
Ni por su propio cuerpo.
Jesús trascendió el cuerpo.
La ciencia puede acudir al carbono 14, nitrógeno,
Aminoácidos, hidrógeno,
Es decir, a todos los componentes
De los que estamos hechos.
Pero nada de ello tiene vida,
Entonces la gran pregunta es:
¿Qué nos hace pensar que nuestro cuerpo tiene vida?
Podemos visitar los cementerios y comprobar
Miles de cuerpos inertes,
Que jamás tuvieron vida,
Sólo fueron vehículos.
Tú dices: este es mi cuerpo,
Lo cual quiere decir que no eres tú.
Es como conducir un vehículo
y pensar que el conductor es el carro
por el sólo hecho de ser su dueño.
Lo cierto es que un día abandonarás tu cuerpo,
Y terminará enterrado
O tal vez cremado.
El cuerpo no eres tú,
Pero nos creemos un cuerpo
Y actuamos como tal.
Y hablo en plural porque también me incluyo.
Es lo que siempre creí.
Jesús lo logró.
Es irrelevante el cuerpo.
De una cosa podemos estar seguros,
Sólo nos podemos constatar en el presente.
Eso es todo lo que podemos, no podemos más.
El pasado y el futuro es parte de lo ilusorio,
De lo utópico.
Pese a ello, este mundo no es malo ni bueno,
Sólo tiene el significado que se le asigna.
Suele ser caótico, de allí que su entropía,
De acuerdo a la física:
Magnitud termodinámica que indica el grado de desorden molecular de un sistema.
De acuerdo a la informática: dado los tiempos actuales,
Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes,
del cual va a recibirse uno solo;
es mayor que cero.
Sólo la espiritualidad no es caótica,
Pues no aplica la entropía,
Claro indicio de que nuestro ser vivo no es corpóreo.
Mientras nuestro cuerpo es impermanente, ilusorio.
Recuerda, un momento que no está aquí, no está.
Como diría Einstein,
causa y consecuencia no van separados,
de modo que el tiempo es pura ilusión,
no existe.
Así que cuando Jesús tomó pan, bendijo a Dios,
partió el pan y lo dió a sus discípulos, ritualmente,
estaba haciendo un sacrificio de acción de gracias,
en el cual se entendía que el pan era su cuerpo
y la copa era su sangre.
La sangre designa el principio de vida,
la carne, el cuerpo.
Por su muerte y resurrección,
Jesucristo entrega su cuerpo y su sangre por todo el mundo
y por cada uno de nosotros.
Para los creyentes,
el pan y el vino son realmente el Cuerpo
y la Sangre de Cristo.
Sólo la espiritualidad nos hará salvos.
No ataquemos ideologías,
invitemos a que tengan nuestra experiencia.
Si no la quieren tener, está bien.
Una invitación no es obligatoria.
Además, las experiencias
son lo realmente válidos para la ciencia,
si de acercarse a la verdad se trata.
De algo estamos seguros,
Más allá del viernes santo,
Existe un domingo de resurrección.
¡Felices pascuas!

Semana Santa en Lima, Jorge Carrión Rubio,
Poemátrix 2023.