Magnus Lira

poema de Phoenix

En la inmensidad del mar y el cielo,
de la serenidad y la armonía;
un haz de luz incandescente brilla en sus horizontes,
reflejándose en sus aguas, en sus nubes,
acariciando en su centro la tranquilidad divina,
llegando a la nota de la consonancia más tierna en su sinfonía,
titilando como diamantes de colores.

De su impresionante iridiscencia , la felicidad
surge en una súbita gama de fotones destellantes,
adentrándose en las brisas, en los mares,
irisando en su espacio la calidad cristalina,
tocando la esencia acústica más dulce en su melodía,
surcando un mundo de sensaciones.

En la intensidad de los corazones enamorados,
de los besos insaciables y caricias delirantes,
un fulgor de amor efervescente nace en sus palpitares, aferrándose en sus miradas, en sus pasiones,
recorriendo por sus venas la desenfrenada adrenalina,
alcanzando el máximo placer en una extasiante agonía.
sosegando intermitentes gemidos y placeres.

Del amor imponderable y el deseo,
de su simplicidad y su letanía;
un centelleo complaciente nace en sus iris amantes,
apoderándose poco a poco de la tristeza,
transformando sus brumas a la espontaneidad blanquecina,
iluminando el centro del aura lira más pura en su poesía,
enamorando corazones,
cautivandolos por siempre en amores de alegría.